Hace unos dĂas el Papa Francisco tratĂł en su audiencia general de los miĂ©rcoles el tema de la oraciĂłn en comuniĂłn con MarĂa. Quizá la enseñanza del dĂa no pasĂł desapercibida por su valioso contenido, sino por alguna afirmaciĂłn dicha al pasar, especialmente aquella en la que dice que “no hay co-redentores con Cristo”. En cualquier caso, esto ya lo habĂa dicho a propĂłsito de la Virgen en otra ocasiĂłn, el 12 de diciembre de 2019 en la celebraciĂłn de la Virgen de Guadalupe. En cualquier caso, para algunos esta afirmaciĂłn suscitĂł mucha incomodidad. Ahora bien, ÂżquĂ© ha dicho Francisco que no estĂ© presente el Concilio Vaticano II y en el Magisterio de los sumos pontĂfices del post-concilio? Nada nuevo si prestamos atenciĂłn a las afirmaciones mariolĂłgicas del Concilio y de los predecesores del Papa Latinoamericano.
En este sentido, la mariologĂa del Papa Francisco, expresada sintĂ©ticamente en la audiencia del 24 de marzo pasado, puede resumirse en los tĂtulos de Madre y primera discĂpula. Ambos expresan muy bien la mariologĂa conciliar porque vinculan a MarĂa con su Hijo, tanto por su maternidad como por su relaciĂłn discipular, y tambiĂ©n a MarĂa con la Iglesia, madre ella tambiĂ©n y conformada al mismo tiempo por los discĂpulos que supieron decir que “sĂ” al Hijo despuĂ©s del “sĂ” de la madre de JesĂşs. En este sentido, no debe olvidarse que el Concilio Vaticano II ofreciĂł al mundo en el capĂtulo VIII de la Lumen Gentium una sĂntesis de la mariologĂa que habĂan desarrollados dos diversas corrientes denominadas cristotĂpica y eclesiotĂpica. Los Padres conciliares sin dejar de asociar a MarĂa con Cristo, optaron por no pronunciarse a propĂłsito de la Co-redenciĂłn, del mismo modo que los Papas san Pablo VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Para todos ellos era indudable que en MarĂa es posible ver cĂłmo el ser humano es capaz de cooperar con la obra de redenciĂłn, de hecho el Papa polaco hablaba de una forma de “cooperaciĂłn participada” (RMa 38). Sin embargo, no consideraron necesario declarar otro dogma de fe porque la eminente participaciĂłn en la obra de salvaciĂłn es manifiesta ya en la maternidad divina de MarĂa: la proclamaciĂłn de la madre de JesĂşs como Theotokos es altĂsima expresiĂłn de cooperaciĂłn con el plan salvĂfico de Dios mediado singularmente en Cristo, su Hijo.
Por Ăşltimo, nada más presente en el Nuevo Testamento a propĂłsito de MarĂa que su ser discĂpula, la primera para el Papa Francisco. Al mismo tiempo que para san Juan Pablo II fue “la primera creyente” (RMa 26). De hecho, la sĂntesis mariolĂłgica contenida en Redemptoris mater es profundamente bĂblica y presenta a MarĂa como peregrina del camino de la fe (RMa 14). Pues bien, Francisco no hace más que volver al Nuevo Testamento y a los Padres de la Iglesia, especialmente a San AgustĂn. Por ejemplo, el 12 de diciembre de 2019 decĂa: «algĂşn Santo Padre dice por ahĂ que es más digno el discipulado que la maternidad. Cuestiones de teĂłlogos, pero discĂpula. Nunca robĂł para sĂ nada de su Hijo, lo sirviĂł porque es madre, da la vida en la plenitud de los tiempos, como escuchamos a ese Hijo nacido de mujer». Sin duda se refiere a san AgustĂn que repetĂa frecuentemente: «Hizo sin duda Santa MarĂa la voluntad del Padre; por eso más es para MarĂa ser discĂpula de Cristo que haber sido madre de Cristo. Más dicha le aporta el haber sido discĂpula de Cristo que el haber sido su madre» (sermĂłn 72 A, 7).
En suma, no se trata aquĂ de presentar ni la mariologĂa de san AgustĂn ni la del Papa Francisco, sino de hacer notar que las Ăşltimas declaraciones del Sucesor de Pedro merecen ser leĂdas en su contexto y sin recortes para ser interpretadas a la luz del aporte del Concilio Vaticano II a la mariologĂa. Para el Papa Bergoglio y para los catĂłlicos de buena voluntad este es el incuestionable punto de partida de todo posible diálogo al interno de los avances de la mariologĂa catĂłlica, asĂ como del diálogo ecumĂ©nico. Desconocer el Concilio Vaticano II es perder la sintonĂa del sentire cum Ecclesia siempre presente en la vida de los santos.
Bruno N. D’Andrea OAR