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CelebraciĆ³n de crecimiento

La Provincia San Ezequiel Moreno celebrĆ³ este miĆ©rcoles 28 de noviembre el 20Āŗ aniversario de su creaciĆ³n en 1998. El agustino recoleto Jaazeal Jakosalem, de esta provincia, reflexiona sobre el camino andado y los retos a los que se enfrentan los religiosos extendidos por Filipinas, TaiwĆ”n, Sierra Leona e Indonesia

Viajando hacia muchos retos

Como Provincia, nosĀ enfrentaremosĀ a los muchos desafĆ­os tanto de la Iglesia filipina como de la Iglesia mundial. El creciente desafĆ­o al que se enfrentarĆ” nuestra Provincia es la emergente ‘internacionalizaciĆ³n’ de la Iglesia en su conjunto, no ya por nuestra dependencia parcial ni por la Ā«Iglesia EuropeaĀ», sino mĆ”s bien por una ‘internacionalizaciĆ³n’ global de nuestra Iglesia. Diez aƱos despuĆ©s de nuestra creaciĆ³n como Provincia, recibimos el mandato de pensar en la Ā«reestructuraciĆ³n y revitalizaciĆ³nĀ» de nuestra Orden, una tendencia emergente entre las congregaciones religiosas en los aƱos 2000: fusionando, unificando y organizando muchas provincias colectivamente en una sola entidad. En la Orden, pudimos fusionar provincias de ocho a cuatro, despuĆ©s de dos CapĆ­tulos Generales. Nos tomĆ³ tiempo discernir las lagunas del nacimiento de la Ā«reestructuraciĆ³nĀ» de algunas de nuestras provincias.

Independencia y mƔs allƔ de la identidad

Abrazar la Ā«independenciaĀ» es abrazarĀ la identidad cultural inseparable de nuestra consagraciĆ³n religiosa. De entre nuestros antepasados, que insistieron pero fracasaron en la gestiĆ³n de nuestra estructura institucional como una entidad totalmente filipina. No ganaron la batalla, pero lucharon gloriosamente una buena batalla. Fue una llamada del momento, al mismo tiempo que una proyecciĆ³n de nuestro ser una Provincia ahora.

Lo que podrĆ­a haber sido una experiencia de abrazar nuestra consagraciĆ³n religiosa mĆ”s allĆ” de la cultura, no fue articulada y definida por la influencia de un sentido de derecho centrado en la cultura. Nuestro ser cristiano no tiene una distinciĆ³n de clase, ni nuestro ser religioso. Nuestras muchas experiencias deben hacernos abrazar nuestra cultura humildemente, y ser capaces de compartir la nuestra con otros; y empoderar a otros sin lĆ­mites de su propia identidad; y hacer de la Iglesia una iglesia para otros, con ministerio compartido. No es exclusivo sino inclusivo.

DesafĆ­os presentes y futuros

En un futuro no muy lejano, sin las muchas barreras jurĆ­dicas de nuestro Ā«sistema provincialĀ» de gobierno, la Orden abrazarĆ” prĆ”cticamente un gobierno colectivo intra-cultural funcional. Con la experiencia de nuestras comunidades y provincias Ā«desafiadasĀ» en Europa, existentes pero desafiadas por crisis vocacionales y personales, estamos en el momento de hacer una congregaciĆ³n colectiva singular -difundiendo las barreras provinciales- y, por lo tanto, haciendo que los religiosos participen en espacios de asignaciĆ³n co-creativos. El Papa Francisco tenĆ­a razĆ³n cuando nos llamĆ³ sobre ‘la tentaciĆ³n de la supervivencia’, una peligrosa subcultura emergente en las comunidades religiosas. Dijo: Ā«La mentalidad de la supervivencia nos hace reaccionarios, temerosos, lenta y silenciosamente encerrados en nuestras casas y en nuestras propias ideas preconcebidas… Nos hace querer proteger espacios, edificios y estructuras, en lugar de fomentar nuevas iniciativas. La tentaciĆ³n de la supervivencia nos hace olvidar la gracia…Ā» (Papa Francisco, XXI Jornada Mundial de la Vida Consagrada, 2017).

Se trata de verdaderas subculturas contracomunitarias abrazadas institucionalmente e incluso entre los dirigentes. Realmente estƔn surgiendo en este momento, los intentos de deconstruir la crisis existente entre las congregaciones religiosas; desde la crisis de las vocaciones hasta el manejo de los recursos.

Internamente, en la familia agustiniana tenemos que tratar de repensar un concepto mĆ­tico pero posible de la Ā«segunda Gran UniĆ³nĀ», de consolidar la riqueza de nuestros ministerios, recursos e identidades culturales diversas; y de una manera positiva identificar la Ā«transformaciĆ³n multiculturalĀ» (Papa Francisco) de la vida religiosa como un reto ahora y en el futuro prĆ³ximo.

MƔs allƔ de 20

El momento de la fundaciĆ³n durante el CapĆ­tulo de Toledo en 1588; la llegada de los misioneros agustinos recoletos a Filipinas en 1606 (y los muchos viajes misioneros que se sucedieron con frutos de sacrificio, santidad y martirio entre nuestros misioneros); los numerosos intentos de Ā«filipinizaciĆ³nĀ» y hasta el 28 de noviembre de 1998 -recibiendo nuestro establecimiento oficial como Provincia de San Ezequiel Moreno-, y el hecho de que los misioneros de la provincia de Toledo se han convertido en una realidad. El EspĆ­ritu Santo continuamente inspira y acompaƱa nuestra existencia llena de gracia, como dijo el Papa Francisco: Ā«nunca se cansa de ser creativo. Ahora, con las nuevas formas de vida consagrada, es verdaderamente creativo, con carismas… Es interesante: es el Autor de la Diversidad, pero al mismo tiempo el Creador de la Unidad. Este es el EspĆ­ritu Santo. Y con esta diversidad de carismas y muchas otras cosas, crea la unidad del Cuerpo de Cristo, y tambiĆ©n la unidad de la vida consagrada. Y esto tambiĆ©n es un desafĆ­oĀ». (Papa Francisco, 4 de mayo de 2018)

DespuĆ©s de 20 aƱos, y contando para el prĆ³ximoĀ 25Āŗ aniversario, anclamos nuestro ser una Provincia en nuestra preparaciĆ³n para abrazar los muchos desafĆ­os creativos de la iglesia global. Posiblemente, repensando nuestros ministerios (ahora activos en Sierra Leona, SaipĆ”n e Indonesia), despojĆ”ndonos tanto de nuestras seguridades como de nuestras inseguridades, limpiando nuestro propio personal e institucional, abrazando la comuniĆ³n real desde dentro y entre nuestra gente, y de nuevo, estando al desafĆ­o y al llamado del EspĆ­ritu Santo. Y mĆ”s que nunca, somos creadores de comuniĆ³n.

Jaazeal Jakosalem – agustino recoleto